Descubrimiento

Ligia Valentín Guanche descubrió una noche de aburrimiento y soledad bien encalada que sus pies de toda la vida, estaban haciendo el amor cuando ella no miraba. Eran sutilezas, cosas pequeñas.

Un roce por los cantos de afuera, una caricia de la planta del derecho sobre el empeine del izquierdo. Ahora se estira uno en punta y busca contacto con el otro por los tobillos hasta llegar al frenesí.

Aquella observación la llevó a creer que se había convertido en una voyeour. Aquel nuevo placer recién descubierto hizo que toda su piel se esponjara y su curiosidad se enalteciera. Ahora miraba todo lo que ocurría a su alrededor, escuchaba de soslayo la conversaciones ajenas. Miraba a los pies de la clientela y se imaginaba de lo que podían ser capaces.

Sentada en su taburete de manicurista la vida para ella sin lugar a dudas era un puro misterio por disfrutar. Un mundo raro.

Un cuento chiquito. Juan Carlos Tacoronte.

3 Comments

  1. ¡Ay Elvira! ¡Y yooooo! este chico es especial….se cuela hasta el alma y después ¡no hay quién lo saque!

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